EJE 1
Finanzas públicas y federalismo fiscal

Han pasado cuatro décadas desde la reforma constitucional de 1983 que estableció en México un modelo institucional para los municipios mexicanos. Uno de los objetivos principales fue la descentralización fiscal y fortalecer la autonomía. El efecto a largo plazo ha dejado mucho qué desear. Aumentaron las obligaciones de los gobiernos locales pero no así sus recursos ni capacidades institucionales para cumplir con sus encomiendas. Por otro lado, la deseada autonomía contrasta con la tendencia a centralizar las decisiones, en particular, en lo referente a la distribución del presupuesto público hacia los gobiernos locales.

A los problemas estructurales existentes, se suma una serie de presiones presupuestarias. Por ejemplo, una reconfiguración del ejercicio del gasto público más centralizada, mayor endeudamiento público, deterioro de la infraestructura inexistente, inflación e incertidumbre financiera derivada de condiciones de inseguridad pública. El panorama por venir no es alentador, puesto que nos encontramos en la antesala de escenarios con disrupciones económicas, sociales y climáticas que requerirían respuestas inmediatas y efectivas por parte de los gobiernos locales.